Coleccionando juegos de Amiga : Heimdall

Con ganas de retomar algún juego del pasado, he decidido echar un vistazo a la estantería y tomar alguna de las cajas que conservo de Amiga.

En esta ocasión haremos un repaso a su edición física y un pequeño análisis con lo que nos podremos encontrar en el juego.

Un juego que seguro que a más de uno le trae buenos recuerdos con algunas escenas míticas como las tres pruebas. Bueno, no nos adelantemos.

Completo después del salto.




Cajas de cartón significa bordes pelados. Es algo que apenas se puede evitar a poco que se haya manipulado en varias ocasiones. Hay varios métodos de restauración, os recomiendo ver el taller de reparación de iVan.

Al abrir la caja nos encontramos con esto:

5 discos que ir intercambiando a lo largo de la partida (benditas roms!) y un manual muy interesante por la gran cantidad de dibujos que contiene.

La introducción del juego sale explicada en el manual con los dibujos originales en blanco y negro.  Se dedican un buen número de páginas a ello cosa que lo hace muy entretenido y crea ese sentimiento de decepción con la actual generación de ediciones físicas.

Disponemos además de el mapa completo con el mismo estilo.

3 mundos que recorrer con nuestra nave vikinga hasta llegar a Asgard, el hogar de los dioses.

En la parte posterior de la caja, unos pantallazos que nos ponen en situación sobre lo que nos encontraremos en Heimdall.

Que tal estaba Heimdall? Lo mejor es ver esas capturas más de cerca.


Heimdall

Corría el año 92 y una compañía de nombre The 8th Day que solo desarrollaría este Heimdall y su secuela. Core Design lo acabó publicando para Amiga, Ms-dos y Atari-st.

El juego esta basado en las mitologías nórdicas tomando como aliados a los legendarios guerreros vikingos.

La historia Gira en torno a Heimdall, un humano creado por los dioses con la tarea de recuperar tres armas sagradas que les ha robado Loki.

Alguna de las imágenes (ligeramente) animadas de la introducción estaban muy elaboradas. El aspecto de dibujo animado con esas lineas exteriores tan marcadas le daban un aspecto muy vistoso.

Al empezar la partida nos encontrábamos con tres pruebas míticas que lejos de ser simples mini juegos, servían para determinar el número de posibles tripulantes que tendríamos a disposición para elegir. Vamos, podríamos decir que estas pruebas eran para impresionar a la comunidad vikinga.

Un sistema muy innovador y original para determinar lo fácil o díficil que lo tendríamos al empezar la partida.

La primera prueba era la de lanzamientos de hacha.

Una pobre chica tenía las coletas atadas en un tablón y debíamos cortarlas sin herirla. No, no se puede matar a la joven, en el último momento quita la cabeza si lo ve peliagudo.

La segunda prueba era la caza del jabalí.

El objetivo era atrapar al animal con nuestras manos desnudas. Nunca conseguí hacerlo.

La tercera y última prueba era la de la pelea en los tablones.

Armados con una simple espada y un escudo de madera, debíamos saltar de tabla en tabla hasta llegar al otro extremo, coger la bolsa y volver. Sería sencillo si no fuera por dos bigotudos guerreros que nos taparían el paso.

Una vez superadas, elegíamos la tripulacion hasta un máximo de 6. En cada misión jugaríamos con 3 personajes a nuestra elección y el resto esperaría en el barco.

Al empezar la partida, teníamos a nuestra disposición el primer mapa el cual podíamos recorrer isla a isla con nuestro barco.

Al embarcar en alguna de las zonas, los tres personajes elegidos pisarían tierra. Era importante pensarlo bien ya que habían varias clases a nuestra disposición; Guerrero, hechicero, druida, herrero... Cada uno con su inventario personal y transferible, por supuesto.

El juego pasaba a una vista isométrica con personajes muy definidos que chocaban con los repetitivos escenarios que eran por lo general bastante simples.

Cada isla escondía sus puzzles, enemigos e historias que debíamos resolver. Recogiendo llaves y pergaminos debíamos recorrer las islas en varias ocasiones hasta encontrar cada una de las tres armas robadas.

El sistema de combate era en primera persona.

Un sencillo sistema en el que elegíamos a nuestro personaje y su acción; atacar, defender, invocar un hechizo o escapar.

Realmente era algo tedioso a la larga ya que con cada ataque teníamos que clicar encima del arma que queríamos usar aunque solo lleváramos una en el inventario. Eso provocaba que normalmente el primer ataque enemigo nos impactara.

Como comentaba, el juego estaba lleno de puzzles y trampas que eludir, por lo que era importante ir cambiando de personaje sobretodo por el tema de la salud.

Además del equipo que nos encontramos, teníamos algunos lugares en los que comprar nuevas armas y hechizos.

A pesar de que mi amigo Disidente se lo pasó en repetidas ocasiones, a mi me parece un juego muy difícil por lo enrevesado de algunos puzzles. Además el interfaz en general es poco intuitivo lo que lo hace poco rejugable de primeras.

Por añadir algo más, el final del juego resulta algo decepcionante, pero realmente lo importante es disfrutar del camino hasta él.

Ya que no es un análisis al uso no quisiera ponerle nota, solo apuntar que aunque poca gente le dará una oportunidad para rejugarlo, debo decir que es un gran juego que marcó algunas pautas muy interesantes en el género del rol isométrico.


Extras

El minijuego del lanzamiento de hachas se puede jugar en una versión flash, AQUI.

Hay una anécdota sobre esta escena y es que en la versión original, la chica podía morir con el hacha clavada en la cabeza. Aunque hay una screenshot que lo atestigua, finalmente la escena de desechó por motivos de censura.

La intro de la posterior versión para Sega Mega CD en el 94, sufrió algunos cambios siendo todavía más completa y elaborada.






Hasta aquí el repaso a Heimdall, un juego entretenido, dífícil y con algunos detalles que lo convierten en un clásico de principios de los 90.