El lugar no invitaba a la confianza pero era una oportunidad única. Un edificio del que todo el mundo hablaba, un sueño para muchos y un peligro para otros. Yo lo tenía claro, iba a entrar.
Me acerqué a la puerta y pulsé el botón del interfono.
- Bienvenido a "Memory Eraser", buenos días. -sonó una voz por el altavoz y la puerta se abrió de forma automática.
Ahí estaba, con una bolsa de deporte en una mano, temblando y mirando absorto el moderno interior del edificio.
- Usted debe ser 'Toni' verdad? - se acercó un doctor alargando la mano- no tenga miedo, pase pase.
El tipo lucía unas pequeñas gafas redondas y mientras me acompañaba con la mano en la espalda, me fijé en su bata blanca con el logo redondo de la empresa bordado en la solapa. Llevaba una chapita en la pechera con su nombre, 'Dr. Quaid'.
- Siéntese aquí por favor, en un momento le atenderemos.
Me senté una de las sillas de la sala de espera y me quedé solo escuchando los temas genéricos que sonaban por el hilo musical. No había nadie más y el color blanco de los paneles de las paredes me empezó a calmar.
Tras unos minutos y justo cuando empezaba a cerrar los ojos, una enfermera apareció por la puerta y me desveló.
- Sr. Martin? ya me puede acompañar - dijo con una diplomática sonrisa.
Cogí la bolsa de deporte que había traído y salí detrás suyo por un pasillo interminable. Al pasar por una de las puertas vi a unos tipos arrastrando una bolsa muy grande de plástico por el suelo. Me paré para enfocar la vista pero la enfermera apareció como un borrón blanco y me cerró la puerta en los morros.
- No es por ahí. Por favor, sígame.
Después de las primeras vueltas en el laberíntico recinto, empecé a pensar que lo estaba haciendo adrede, para despistarme. Quizás los nervios volvía a aflorar ahora que se acercaba el momento.
- Ah, aquí está 'Toni'! -dijo el doctor Quaid al vernos llegar- pase por favor.
Justo cuando me dirigía hacia él, la enfermera me retuvo amablemente.
- Sr. Martin. Debe dejar todo lo que lleve en esta bandeja. Llaves, cartera lo cualquier cosa que guarde encima. Esa bolsa que lleva se la almacenaremos en una de nuestras taquillas.
Cuando me agarró la bolsa me aferré unos segundos a ella pero finalmente aflojé los dedos. Ahí estaba el sillón en medio de la impoluta sala.
- Siéntese y póngase cómodo. No deber preocuparse por nada. - decía Quaid mientras me apretaba las correas de las muñecas y los tobillos. - Bien, mientras le ajustamos el equipo, dígame, que recuerdo quiere que le borremos?
- Pues... tengo una lista de videojuegos que me gustaría olvidar.
Tras unos incómodos segundos, el doctor miró a la enfermera y estalló en una sonora carcajada.
- Videojuegos? Pues vaya, seguro que debieron ser horribles- bromeaba.
- En realidad no. Son mis juegos preferidos
- No entiendo nada. No prefiere borrar algún trauma? una ruptura amorosa, un trágico suceso, no se... la muerte de su mascota preferida?
- No. -dije tajante - Solo quiero que haga lo que le pido.
- Está bien, pero si me permite el comentario, por lo que cuesta el proceso yo hubiera reflexionado un poco más sobre el asunto.
Hice caso omiso del último comentario y apoyé la nuca en el respaldo. Unas pinzas con la punta acolchada se aferraron a mi sien y la enfermera me colocó un mordedor entre los dientres. El sillón empezó a recorrer las vías entre fuertes crujidos y me insertó la cabeza en un cilindro lleno de luces azules.
- Ahora cierre los ojos y cuente del 10 a 1.
- Diez, nueve, och....
Abrí los ojos y estaba tumbado en una camilla. Me reincorporé y ví a la enfermera leyendo una revista. Me encontraba bien. Tras examinarme las pupilas con una pequeña luz y realizar otras comprobaciones rutinarias, me sonrió y en unos pocos minutos ya estaba de nuevo en la calle.
Absorto en mis pensamientos empecé a caminar en dirección a la estación de metro más cercana. Pensando sobre lo acontecido.
- Espere! - gritó una voz de mujer-
Me giré y vi de nuevo a la enfermera con mi bolsa de deporte en la mano. Deshice mis pasos y recogí el paquete que me había acompañado durante todo el día. Me acerqué al primer banco y una vez sentado, corrí la cremallera.
Estaba lleno de cajas.
La primera tenía un dibujo muy chulo de portada. En primera línea había un joven armado con una espada y un curioso collar hecho con ojos. Una gran calavera en el centro y el barco del fondo dejaban clara la temática pirata.
Había un post it enganchado encima:
" Jamás encontrarás una historia de piratas más original. Disfrútala y no olvides pelear como una vaca"
- "Pelear como una vaca"? En que estaría pensando?
Seguí rebuscando y saqué la siguiente. En esta portada se veía una cara en tonos azulados con una especie de láser que convergía en la frente. De nombre Flashback.
De nuevo, otro post it:
"Como amante de la ciencia ficción que eres, seguro que lo vas a disfrutar. Además compartes algo con el protagonista, a él también le borraron la memoria"
-Debía estar inspirado cuando escribí eso.
Había un juego más. Ésta con un diseño más infantil y con un personaje un tanto extraño subido encima de una especie de dragón. A pesar de lo épico de la escena, no me acababa de gustar.
Post it:
"Sé lo que estarás pensando. Pero es que las 3d envejecen bastante mal. Cuando superes tus prejuicios seguro que desearás no acabarlo nunca."
- No desearé acabarlo? eso es bueno o malo?
Por último, la última caja. Un dibujo muy especial en portada que evocaba un extraño mundo. Algo había que me transmitía muy buenas vibraciones. El nombre además era muy oportuno. Another World.
Post it:
"No digo nada. Ya verás que no hace falta"
Ya no había ninguna caja más pero sí una pequeña nota. La abrí y el escueto mensaje era claro.
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- Buenos días, tenía usted cita? No importa, pase. Bienvenido a "Memory Eraser", Que desea?