De vuelta a Black Mesa

Ya hace unas semanas que podemos disfrutar de este remake del juego que se convirtió en un clásico instantáneo. No solo eso, sino que fue el primer paso de gigante para una compañía que no se imaginaba el poder que iba a poseer en unos años. Half Life es un juego de culto y no hay mayor regalo que poder jugarlo, esta vez con gráficos muy remozados.

Nadie duda de lo que acabo de decir pero, os lo habéis instalado?  A pesar de ser gratis puede que aún estés indeciso, ya sea porque ya lo jugaste en su momento o porque pienses que la experiencia a estas alturas puede fastidiar el recuerdo. Nada más lejos de la realidad.

Deja que te acompañe de nuevo a Black Mesa.

Debo advertir que soy uno de los que nunca se pasó el juego en su momento. De hecho, empecé a disfrutar de la saga a partir de su segunda entrega por lo que este viaje está siendo nuevo (en su mayor parte) para mí.

El título conserva todas sus virtudes y también los mismos defectos. Y sí, alguno hay.

Vamos a verlo, después del salto.





La primera virtud es el precio... gratis! Y es que a pesar de que el juego a cumplido con las exigencias de Greenlight y prontó verá la luz en Steam, ya se puede conseguir de manera oficial desde su web BLACK MESA. El juego se agrega de forma automática a nuestra cuenta de Steam y lógicamente contó con todo el apoyo de Valve desde el principio.

Black Mesa empieza de una manera inolvidable, mítica. Ese paseo en monoraíl dejaba ver que había algo nuevo en ese FPS. La narrativa y el ritmo eran distintos a los mata mata a los que estábamos acostumbrados.

El escenario en el que transcurre la historia es fascinante y cualquier detalle está pensado al milímetro. Freeman es un científico más que se ve inmerso en un grave accidente. Un tipo corriente (dejando de lado su particular trabajo) que se convierte por inercia, en un héroe de pocas palabras. Más bien de ninguna palabra. 

En medio del caos recibiremos ayuda de científicos y guardas de seguridad. Aquí llega una de mis primera sorpresas y es que podremos elegir si escoltarlos, dejarlos atrás, aceptar su ayuda o contemplar como se esconden detrás de un escritorio, por ejemplo. Aunque no tenga una repercusión directa en el argumento, lo cierto es que ayuda a sumergirnos en ese subterráneo complejo. 

En algún momento me llegué a ver acompañado por un séquito de hasta 6 personas. Un preludio de lo que nos esperaría en el famoso mod Counter Strike, con todos esos rehenes a los que salvar.

Pero lo que primero entra por los ojos son los nuevos gráficos que se asemejan mucho más los de Half Life 2. Menuda vida le están dando al motor Source y hay que ver como aguanta la tirada. Es un auténtico lujazo el poder disfrutar de unas 3d a las que estamos más habituados.

Efectos como los del agua o las zonas radiactivas con ese verde fosforito y radiante, son algunos ejemplos.

El ritmo de juego es distinto a lo habitual. Me consta que algunos escenarios han sido levemente modificados para mejorarlos o darles algo más de sentido. Tras llegar al final de un pasillo no podremos avanzar y aunque parezca que es imposible seguir, encontraremos la solución si examinamos con cuidado la escena. No se si es la mala costumbre del 'tirar palante' en la mayoría de FPSs, pero me pasa continuamente. Eso, para mí, es un diseño de niveles muy inteligente.

Algunas cosas han cambiado como que por ejemplo podremos esprintar de forma infinita. Si mal no recuerdo, en el original había una barra que nos daba un margen para la carrera. Además no me topé con el campo de entrenamiento para aprender a utilizar el traje (o me lo pasé, que también podría ser)

Pero no todo son virtudes ya que me he topado con algunas cosas que me ponen bastante nervioso.

En Black Mesa se trabaja con cintas VHS. 

La primera es que no recordaba lo coñazo que era el tema del salto. Por ejemplo: nos encontramos con una pequeña tubería que nos corta el paso. Nos acercamos y saltamos pero para nuestra sorpresa no podemos cruzarla. Resulta que al saltar hay que pulsar el botón de agacharse para poder superar el obstáculo. Eso no estaría mal como algo puntual pero es que prácticamente todos los saltos se superan con el tedioso método... Yo pregunto, por qué? Me alegro que esa moda no cuajara en el género.

Otro 'pero' es el tema de las cargas entre zonas. No recordaba lo frecuentes y largas que eran. De verdad, son muy largas. No entiendo a que se debe pero molesta bastante ya que corta el rollo. 

El tercer punto que quería tocar es el tema escaleras. Unas peleas increíbles cada vez que tengo que bajar una escalera o salirme de una. Dejando de un lado mi ineptitud, lo cierto es que es confuso y en momentos más críticos, Freeman se aferra a los peldaños con todas sus fuerzas.

En fin, unos pocos inconveniente que quería comentar pero que no enturbian para nada la experiencia final.

Estoy disfrutando muchísimo con el juego y me sigo sorprendiendo con detalles que me fascinan y me acercan de nuevo a comprender porqué la palanca roja es todo un icono en el mundo de los videojuegos. 

De verdad, no os perdáis la oportunidad de jugarlo o rejugarlo por enésima vez en su versión mejorada. 

Es gratis y está a la distancia de un click.  Os dejo con el trailer oficial.

Si alguien se queda con ganas de más, recomiendo el excelente post sobre Half Life de Gamesajare de manos de Mr. Pink. Lectura recomendada. La creación de un mito.

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