Dejad que os explique lo que he vivido con Journey.
Completo después del salto.
No me suelo fiar cuando le dan tanto bombo a un juego y ya me perdí en su momento Faster Than Light por lo mismo. Es curioso como parece que hemos llegado a una especie de consenso en cuanto a gustos, y Journey no iba a ser una excepción.
Premios que llovían por todas partes y un juego que sabía que en algún momento lo jugaría y me gustaría, pero lo que ha ocurrido se ha salido de cualquiera de mis predicciones.
Al empezar a jugar ya nos damos cuenta de que estamos delante de algo especial, cocinado a fuego muy lento y que probablemente no sea plato para cualquier paladar aunque, innegablemente, entra por los ojos. Un desierto que se extiende hasta donde alcanza la vista y unos efectos en la arena preciosos.
Journey es un viaje sin más, sin explicación y con el objetivo de alcanzar una montaña perdida en el horizonte. No necesitamos saber más. Todo iba bien hasta que me sale un mensaje sobre conectar el modo online del juego (Modo online?). A riesgo de fastidiar la experiencia, inicio sesión.
De repente el mundo pasa a ser un poco menos solitario y me encuentro a un compañero flotando y saltando a lo lejos. No hay chat, no hay nombre de usuario y la única manera de comunicarse es con un pequeño silbido que no dice nada. Es algo nuevo para mí y me pregunto que pasará ahora. Deslizarse dunas abajo mientras te cruzas con tu improvisado amigo es algo extraño y mágico, no sabes quién es pero ahí está a tu lado.
Tras un rato me giro y sus ropajes caen al suelo sin un cuerpo que vestir. Se ha desconectado. Tras otro paseo me encuentro a otro a lo lejos, que me vé pero no siente ningún interés. Lo pierdo a la vista mientras le persiguen una suerte de alfombras voladoras. Vuelvo a estar solo.
El mundo cambia y se torna peligroso y cada vez más precioso. Y es entonces cuando empiezan las dos horas que no voy a olvidar nunca más. Otro aventurero con una bufanda larguísima se me acerca y me deja claro que me va a acompañar el resto del viaje, pase lo que pase, sin palabras.
El juego que parece diseñado para un jugador, de repente parece que ha sido pensado para jugarlo en compañía. Los escenarios de ensueño cobran una nueva dimensión con un amigo anónimo al que le coges un apego especial mientras te acompaña en el largo viaje.
Una serpiente de piedra gigante nos descubre en medio de una tormenta y a punto está de acabar con nosotros, pero ahí está mi compañero para desviar su atención y dejar que me esconda bajo unas ruinas. Tras un durísimo tramo final, lo conseguimos. La luz al final del túnel y me espero a que llegue. Se queda a mi lado, me mira y nos silbamos como gesto de agradecimiento por todo lo vivido y avanzamos hasta perdernos por el infinito. (Tranquilos, no spoilers)
Me quedo unos instantes preguntándome si el juego debe acabar así. Si hubiera sido lo mismo si hubiera llegado solo.
--------------
Por qué comparo Journey con Ico y Another World? porque he sentido lo mismo, me he quedado un rato sin hacer nada y el mando en las manos deseando que no se hubiera acabado. Porque el enlace con el improvisado compañero ha cambiado la experiencia de juego de una forma drástica e improvisada. Porque se nota que se han tomado el proyecto con un mimo infinito, cuidando cada detalle por pequeño que fuera.
Sé que mi experiencia ha sido un cúmulo de casualidades y quizás si no hubiera coincidido con ese anónimo jugador al que nunca conoceré, lo mismo no me hubiera quedado tan maravillado, quien sabe
No se si quiero volver a jugar por quedarme con este fabuloso recuerdo y no enturbiarlo.
Si tenéis una Playstation 3, os gustó Ico o directamente os gustan los videojuegos que tienen algo que decir, no os lo penséis y activad el modo online. Tan sencillo como brillante.
Journey es lo mejor que he jugado en años. Un 10.
![]() |
Pixel art de regalo |